Voy a contarte algo de “nuestros amores”, de ese fruto en común con el que la vida nos ha bendecido, de Isabel y Vicente,
que te adoran, que te quieren mucho, muchísimo… Al igual
que yo. Y cómo no, si eres el mejor padre del mundo.
Orgullosos a más no poder están de su papá. Todas las noches, Isabel coge la bola del mundo, busca Afganistán y la rodea
con sus brazos deseándote felices sueños.
Vicente, se ríe y le dice:
- “Hermana, mira que eres tonta, si papá no te ve, ¿no ves que esa bola no tiene la cámara del ordenador? Vamos al salón y se lo decimos allí”.
Y van los dos a mandarte besos, poniéndose delante
de la cámara, aunque el ordenador no esté ni encendido…
Es hermoso ver lo mucho que te quieren.
Y así, noche tras noche, desde hace ya tres interminables meses…
Y he de decirte, que como si de un ritual se tratase, Isabel
sigue abrazando la bola, y a continuación van juntos al salón…
Mª Isabel Rodríguez Fuertes
Cangas del Narcea (Asturias)
Residente en EL CORDIAL (Oviedo)
Normalmente no suelo escribir ningún comentario, pero esta vez me ha encogido el corazón al leer este relato y que menos que decirselo a la persona que lo ha escrito, es realmente bueno,te llena de emoción y una mezcla de sentimientos, que uno no sabe si reir o llorar. Maria Isabel sigue escribiendo que tienes mucho talento.
ResponderEliminarGracias por tu sentido comentario. Me he llevado una gran alegría y una enorme satisfacción al leerlo. Es muy bonito. Mil gracias. Decirte, que lo escribí pensando en mi marido que pasó cinco meses en Afganistán, y al que sus dos hijos y yo, echamos enormemente de menos. Gracias otra vez y un cordial saludo.
ResponderEliminarDar,de paso, las gracias también, al Premio Orola, por su buen hacer, su seriedad y por ésta magnífica oportunidad que nos brindan. Gracias.