AUSENCIA
Siempre encuentro algún objeto que te enlaza al presente
anidado entre tus cosas, como en un guardapelo, o perdido
en el fondo de un cajón.
Son testigos inertes de tu estancia en mi vida. “Pertenencias”
que ya no necesitas y tampoco me animo a regalar… como tu
ropa, por ejemplo: esa ropa que se retrae al polvo de tu
alcoba
y se mengua doblada en los estantes para dar testimonio
de mi imposible olvido (hasta en el camisón que ya no
guardas
debajo de la almohada) y hacer más evidente tu ausencia
y mi orfandad en los paseos que ya no realizas del baño
al vestidor y desde el saloncito a la terraza; en tu
obligada
deserción del banco del jardín, de la cesta de labor… del
gin-tonic a la caída de la tarde, las cartas
por abrir… los libros
olvidados y las diarias cuentas minuciosas…
Pero la ropa sobre todo. Ropa de nadie ya: ropa de
muerto.
Leticia
Rossón Massa
LOSAR
DE LA VERA (CÁCERES)
(VII
Antología pág. 137)
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