WADI AL-ABYAD
He visto cómo amanece en otra ciudad a un océano de
distancia
de mi país. Mi casa más allá del golfo de México. He
sentido
el aroma a naranja impregnada en el aire de Murcia. He
recorrido
los puentes y las cazuelas del barrio del Carmen. Me he
perdido
en la Gran Vía y he sentido miedo y sol en los macetones
del puente
viejo. Me atreví a vivir, a vivirme. Me atreví a ser la
viajera que llevo
dentro. Me atreví a nadar sobre el agua, como cuando te
sumerges
en los sueños, como si a cada gota llegara el poema de la
vida;
del viaje eterno de la musa del Romea. Cada movimiento
piensa
en la vida, en la paz que otorga el miedo cuando nos
muestra el
misterio del valor. Cuando atravesamos afluentes.
Cuando escribo en cada palabra los sueños que se me han
despertado por Floridablanca. Todos somos viajeros, lo
sepamos o
no. Caminamos la tierra, fluyendo como el río Segura,
como tierra y
nubes y humo y pájaros que se extienden hacia el corazón.
En la huerta de Europa elegí la vida, descubriendo en
cada risa,
el instante del día posado sobre la ventana, recubriendo
el piso
con las misteriosas sombras, que solo el secreto de la
luz sabe hacer.
Cada día desde España sujeto con fuerza mis pasos, porque
soy
dueña de mi tiempo y construcción de mis sueños.
Berenice Guadarrama
Flores
Maestría en
Biología Experimental
Estudiante de
Doctorado en Biotecnología
(VIII Antología pág. 119)
Berenice
ResponderEliminarEs maravilloso como tus palabras y el aroma me transportaron a Murcia, mientras leía tus vivencias comía a gajos una naranja y el aroma me llevo a ese barrio del Carmen, el viento enfriaba mis mejillas mientas llegaba a ese parque con esa pequeña plaza, cada una de tus letras despertó a la viajera que llevo dentro, pero aún más, despertó mi alma y me sacudí los miedos y encontré el valor para sumergirme en mis sueños y luchar por ellos.
Muchas gracias por tus letras, palabras, frases y oraciones que me han regalado la esperanza con cada rayo de sol.