lunes, 20 de abril de 2015

ANTOLOGÍA 2014: CRISIS

CRISIS

¿Quién inspira el ánimo de la lucha cuando existe el hambre?
No sé dónde apuntar mis flechas,
tantos frentes abiertos en el horizonte...
pero me niego a pensar que la llama de nuestros valores se extinga.
¿Dónde está la llamada de la madre patria?

Ninguna secesión separatista puede ser el reflejo ni la noticia de
cada trocito de mi España desangrada.

Lucieres de la segregación y la autodestrucción, ¿adónde me portáis?
Yo solo soy un soldado inofensivo, presa del desencanto y el horror
vacui de mis cuentas bancarias, funambulista en el umbral de la
pobreza, candidato preferente al desahucio.
Emérito mileurista, moroso cíclico de recibos periódicos de
tarificación eléctrica y de aguas.

Yo no llego a fin de mes, y me pierdo en el antro de fotocopias
de curriculum vitae que como los artículos de Larra, me invitan al
“vuelva usted mañana…”, cada vez que salgo a buscar empleo, pero
me niego a aceptar una ruptura de lo que siempre formó parte de mí
como eje fundamental e intrínseco de mi existencia.

Nuestras experiencias comunes a lo largo de los siglos no pueden
desmoronarse como un castillo de arena entre la espuma de olas
revueltas, de este incierto temporal que estamos afrontando.

Invito desde mis ansias de regeneración, al acercamiento de todas
las posturas a una solución. No corren buenos tiempos, pero siempre
se nos distinguió por nuestra generosidad al prójimo. Nuestras
vivencias compartidas deben ser pasos de unión en la esperanza de
revitalizar esta moral perdida por la desesperanza.

Vayamos a las barricadas con la única munición de flores frescas,
y con disposición de sacrificio. Los escraches, los tumultos y los
cristales rotos, empañan el color blanco de cualquier bandera de la
paz.

Mitiguemos los estómagos sedientos de pan y justicia social con
acciones nobles.

Derrotemos a esos molinos de viento con la coraza ingenua que
nos legó nuestro Quijote, flaco de cuerpo y grande de espíritu
aventurero.

Yo sé que el miedo de mi soledad ante el futuro incierto y los
pronósticos de recuperación, son la metáfora contemporánea del
sentimiento vivido dentro de aquellas tres carabelas en alta mar de
rumbo incierto, pero también sé del pálpito y la emoción de aquel
que gritó: "¡Tierra!", y descubrió un Nuevo Mundo.

Ángel Alberto Reina Arispón
MORÓN DE LA FRONTERA (Sevilla)
(VIII Antología pág. 203)

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