ENTRE CÓDICES Y PERGAMINOS
Mientras el canto del
kirieleisón,
queda suspendido sobre
la silueta del augusto monasterio,
dos gacelas enfrentadas
parecen dormitar,
sobre uno de los
capiteles del imponente claustro.
Hasta el scriptorium,
llegan atenuados los
lamentos de enfermos,
que anhelan que su
curación,
se halle dentro de un
tarro de pócimas y remedios.
Entre códices y
pergaminos,
va consumiendo su vida,
el anciano monje de ojos
resecos.
Su pluma se desliza con
suavidad,
sobre los márgenes de un
manuscrito,
escribiendo sin descanso
profusas glosas.
Tañen sapientes las
áureas campanas del monasterio,
en el instante en que el
castellano está naciendo.
Elena Jodar Lorite
BARCELONA
(VIII Antología)
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