LAS CICATRICES DE MIS ALAS
Entre el deseo y la cautela,
allí habitas amado mío.
El deseo que enciendes cada despertar,
que hace que todas las aristas de
mi cuerpo
se incendien y tenga
que ahogarlas cada noche sola en
mi cama.
La cautela de tener que silenciar
el grito que me aniquila.
El sonido de tu nombre,
de tu voz,
de tus besos tantas horas
dormitando,
esperando mi boca callada.
Deseo y cautela,
para paliar las cicatrices de mis
alas.
Esas alas rotas que un día
emprendieron el vuelo hacia las
grutas
de tu sitiada alma.
Un alma como la mía en llamas,
almas que hoy siguen soñando
con despegar y volar hasta nuestro
cosmos.
¡Él nos reclama!
Begoña Flores Bejarano
Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas
por la Universidad Complutense (Madrid)
(XII Antología)
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