viernes, 22 de noviembre de 2024

ANTOLOGÍA 2023: SEMBLANZA DE UNA PIEDRA SILLAR

 



SEMBLANZA DE UNA PIEDRA SILLAR

 
Viendo un cuadro en la sacristía de la catedral de Sevilla, me entró curiosidad por saber más de aquel santo obispo y me puse a indagar. Para curiosos como yo, dejo constancia de mis descubrimientos.
 
Isidoro fue hombre de palabra y de palabras. De palabra, porque no temía darla ni cumplirla. De palabras porque escribió muchas y leyó otras tantas. Con su obra Etimologías, hoy considerada la primera enciclopedia de la Edad Media, deseaba abarcar todos los saberes de la época y prueba de ello son los veinte tomos de papel que redactó a mano.
 
Cultivó la amistad con poderosos y mendigos. El rey visigodo Sisebuto le dedicó su Carmen de Luna y por invitación del rey Sisenando dirigió el concilio de Toledo. Menos conocidas, sin embargo, son sus correrías para repartir judías y lentejas a los pobres, mantas a los menesterosos y consuelo a los encarcelados o el tiempo dedicado a los niños hispalenses para enseñarles el abecedario mientras les contagiaba su propio interés por las estrellas, las hierbas medicinales y la historia.
 
Fue el pequeño de cuatro hermanos. Leandro, ejemplo de fortaleza para Isidoro; Fulgencio con quien compartía el gusto por las aceitunas y Florentina, fundadora de más de cuarenta monasterios, a quien para hacerla rabiar llamaba «Florentona».
 
Gustaba de pasear por los viñedos y saborear la uva joven del Bajo Guadalquivir, contemplar el paisaje de los palmerales y escuchar a los mirlos, petirrojos, herrerillos, verdecillos, jilgueros y vencejos que pueblan la ciudad de Sevilla.
 
Este hombre sencillo y erudito a la vez, generoso para dar y pobre para poseer, elocuente y discreto —sin que haya contradicción en ello—, sereno en sus reflexiones y decidido a la hora de actuar fue una de esas piedras sillares que construyeron el reino de las Españas.
 
 
Beatriz Gómez-Pablos
Nacida en Las Palmas de Gran Canaria
Profesora de Lengua y Lingüística Española en la Universidad Comenio de Bratislava (Eslovaquia)
Antologizada en ocho ocasiones en los Premios Orola
(XVII
Antología)
 
 

jueves, 21 de noviembre de 2024

«RE-VIVENCIAS»: COMPLEJO

 


          

         COMPLEJO

 
Para ser feliz hay que estar libre de complejos.
 
El complejo es una especie de bobina mental
realizada a base de una idea fija que condiciona
y explica una determinada actuación.
 
Hay muchas clases de complejos,
pero los más frecuentes son los de culpabilidad, inferioridad y superioridad.
 
El complejo de culpabilidad es el más frecuente.
El pecado original es la primera y más transcendental
manifestación de complejo de culpabilidad de la humanidad como tal.
 
Nos sentimos culpables. Muchas veces no sabe de qué.
La ley natural, la moral, su conciencia,
nos acusan constantemente de fallos en nuestra conducta.
 
En la conciencia se halla inciso el complejo de culpabilidad
con antigüedad de milenios, pero con la actualidad de un hecho reciente.
 
La culpabilidad, cuando no es un producto espontáneo de faltas cometidas,
sino que gravita constantemente y morbosamente sobre todas nuestras acciones, 
se convierte en complejo.
 
El complejo de inferioridad nace, de ordinario, del abuso de un carácter fuerte
sobre otro débil, anulando la personalidad de este.
 
Entre dos personas que tienen que convivir siempre se establece una lucha,
expresa o tácita, por la supremacía.
Porque siempre hay uno que tiene complejo de superioridad sobre el otro.
 
El complejo de superioridad aparece siempre en toda comunidad de personas.
 
La soberbia es la causa del complejo de superioridad.
Soberbia del ser, quizás mejor dotado, quizás adulado,
quizás favorecido por la suerte y, en todo caso,
por circunstancias totalmente ajenas a su capacidad inicial.
 
Hoy en día se lucha en casi todo el mundo a causa de los complejos
de superioridad e inferioridad. Y la lucha es dura, ingrata y larga.
 
Es muy difícil deshacer la trama de un complejo
porque se halla entretejida de lazos, hilos y sentimientos
que pertenecen a las fibras más íntimas del subconsciente.
 
Complejos personales y complejos sociales.
Y estos, muchas veces multiseculares,
más difíciles de resolver que aquellos.
 
Los niños.
Y las personas mayores responsables de los complejos de los niños.
Por nuestra conducta afectiva hacia ellos,
por nuestro sistema educativo,
por nuestras reacciones…
 
Sin complejos se puede ser feliz.
Se puede ser sociable, amable, humilde, activo
y disfrutar de los bienes naturales de la vida.
 
 
(Fernando Orlando,1965)


miércoles, 20 de noviembre de 2024

ANTOLOGÍA 2023: SAN ISIDORO

 



 SAN ISIDORO

 
Tiene siglos en León una colegiata hermosa.
Reyes reconquistadores hasta ella nos trajeron
las reliquias de un gran santo, que llegaron
con devoción, y aquí ad aeternum reposa.
 
Vivió este sabio varón en la Hispania visigoda,
siendo obispo de Sevilla y de la Iglesia doctor,
además de intelectual y prolífico escritor,
siendo así toda su obra muchos siglos elogiada.
 
Fue también «facedor de la España» en su entereza.
Bien merece, sin dudar, que le dedique un soneto,
pues en toda condición él es motivo de adoro.
 
A la ciudad de León engrandece en su nobleza.
En su Sevilla natal guardan profundo respeto.
De Sevilla y de León, es el gran san Isidoro.
 
 
Luis Jorge Trigueros
Seudónimo: Chepi
Escribe sus vivencias desde Valladolid
Publicaciones: Seguramente la vida (2022) 
(XVII Antología)
 


martes, 19 de noviembre de 2024

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… Y en estos ojos del obispo san Isidoro, hombre de estirpe hispanorromana por la rama paterna y goda por la materna, no existía otro afán que la unificación de los pueblos de las dos Españas; una, la de los dominantes visigodos. El éxito de la unidad deseada de las dos Españas llegó con el rey godo Recaredo cuando, en el III Concilio de Toledo, se convirtió al catolicismo y abjuró de la herejía arriana…» (pág. 152, Isabel García Viñao, «¿En qué ojos?»).


lunes, 18 de noviembre de 2024

ANTOLOGÍA 2023: CUANDO CLAMA LA FE

 



CUANDO CLAMA LA FE
 
Compadecí tu destino durante tanto tiempo,
enclaustrado de pequeño, prisionero prematuro,
imaginé tus horas asignadas y el púlpito solitario,
el amargo sabor del rencor recorriendo un paladar viejo
mientras escupías al mundo que ajustaba sus cadenas
sobre tus jóvenes alas.
El cielo, tan lejano, ni siquiera era capaz de pronunciar
una palabra de consuelo y así se marchitaba tu vida
entre sueños distantes y labores impuestas.
 
Pero ¡qué rápido se disuelven las fantasías!
Porque tú no seguiste la senda de Cristo
empujado por la fuerza del linaje
ni embotado por las palabras afables de Agustín
ni encandilado por el egregio Gregorio,
un ímpetu extraordinario se arraigó en ti,
la fe es una raíz que se expande sin límites
por el alma y cuando el imperio tembló
y amenazaba con desintegrarse,
tú surgiste como un pilar imposible
para sostener aquello que caía,
fuiste recogiendo escombros, puliéndolos,
reconstruyendo cimientos, fortaleciendo las piernas
que sostendrían el cuerpo del catolicismo.
 
Te aseguraste de educar a los pastores de Dios,
viste lo que nadie vio en los visigodos, un hermano,
si hasta el regio Recaredo sucumbió
al encanto divino de tus palabras.
Y acaso, ¿qué fue la riqueza para ti?
Una manta con la que cubrir al desposeído.
Te fuiste con menos de lo que traías cuando llegaste
y eso que tu nombre a diferencia del principio
fulguraba tan alto como la luna,
entre monarcas y reinas.
 
Tú, Isidoro, fuiste la incipiente voz de todo un reino.
 
 
Juan Sebastián Verón
Nacido el 27 de febrero de 1997 en La Paz, Entre Ríos (Argentina)
Escritor novel
(XVII Antología)
 


viernes, 15 de noviembre de 2024

ANTOLOGÍA 2023: CONVERSACIÓN CON EL MAESTRO

 


CONVERSACIÓN CON EL MAESTRO
 
Aplasto las ilusorias hojas inertes de los árboles que un tiempo ocuparon este campo, hoy desnudo, harto de hierbajos interrumpidos por ruinas de la ermita donde san Isidoro de Sevilla sembró con su oratoria un saber que parecía haberle sido dictado por Dios.
 
¿Es, acaso, un panegírico sobre de mi obra? Anhelaba que me recordaran como a un hombre y, sin embargo, me llaman santo.
 
Bien lo dijo Ildefonso de Toledo: «Isidoro de Sevilla manifestó a través de sus dotes oratorias una riqueza con tanto encanto que la abundancia de su palabra dejaba estupefactos a los oyentes». Ojalá escuchar sus discursos pudiera. Intento agarrarme a la débil esperanza de que el maestro vague aún por estos parajes y pueda mi mente con su genial sapiencia regar.
 
Sigo aquí y en todos los andurriales. Te abrazo, muchacha, pero no lo percibes.
 
Mientras más estudio, más me enveneno y enloquece mi encrespado espíritu por no encontrar la verdad de las cosas. Ignoro mi propósito y no veo sentido en mi destino.
 
Esclarece el vicio que tu corazón habita para que puedas corregirlo. De nada sirve leer si no se hace con humildad. Has de unir la oración a la lectura.
 
Hasta su nombre, maestro, me confunde: «don de Isis», de origen pagano. En sus obras, se mencionan teorías contrapuestas entre sí que enardecen desconcierto en mi tembloroso juicio incapaz de discernir.  
 
Nada es perfectamente cierto ni falaz. Yo mismo leí a Virgilio, a Lactancio, también la Biblia. Estudié a Quintiliano así como a Ambrosio. Los incluí en mis obras, incluso a Aristóteles, pues ese era mi designio. De igual manera que los elementos del mundo se unen automáticamente, pueden hacerlo las ideas de paganos, visigodos, romanos y bizantinos. No llores, muchacha, presto, el batimiento de mi ánimo inundará tu desalentado corazón.
 
 
María Cordero Ruiz
Nacida en Gargáligas, un pequeño pueblo de Extremadura
Licenciada en Filología Inglesa
Escritora tardía (pero libre) de profesión. Lectora empedernida por afición y estudio
Publicaciones: La enfermera y el pastor, novela histórica con divulgación en los diarios La Vanguardia (España), La Palmesana Magazine (Mallorca), Diario Última Hora (Mallorca) y Nuestra Comarca (Don Benito-Villanueva)
(XVII
Antología)
 
 
 


jueves, 14 de noviembre de 2024

«RE-VIVENCIAS»: ADECUACIÓN

 



                  ADECUACIÓN

 

 
Casi todos los problemas son consecuencia de falta de adecuación.
 
La adecuación no debe hacerse de forma forzada y extremosa.
 
La primera norma para hallar una adecuación
es la de buscarla entre los elementos comunes.
 
Muchas veces nos quejamos de la falta de resultados prácticos
y de nuestro sacrificio inútil y baldío.
 
La verdad es que no sabemos buscar la fórmula adecuada a nuestro caso concreto.
 
Debemos esforzarnos constantemente
para dar soluciones adecuadas a sus problemas.
 
Adecuado es lo que se ajusta como un guante a la mano
y constituye por sí mismo una ayuda, una aportación positiva.
 
Hay que adecuarse a las situaciones, conocerlas, dominarlas.
 
Fórmulas adecuadas, las mejores y más convenientes en cada caso concreto.
 
Establecer las premisas, analizar las situaciones y adecuar las soluciones.
 
Todos los problemas, normalmente, tienen varias soluciones.
El acierto está en dar con la más adecuada.
 
Solución adecuada a las personas, a las cosas, a la realidad palpitante.
 
Para dar con la solución más adecuada hay que trabajar mucho,
esperar a que la coyuntura sea favorable y, entonces,
tener preparado todo el equipo para que se vuelque a fondo en su realización.
 
No puede haber adecuación sin una identidad de puntos de vista
en cuanto a objetivos a cumplir y medios a emplear.
 
 
(Fernando Orlando,1971)


miércoles, 13 de noviembre de 2024

ANTOLOGÍA 2023: EL RESPLANDOR DE SAN ISIDORO

 



EL RESPLANDOR DE SAN ISIDORO
 
San Isidoro, luz de España antigua,
precursor sabio del reino soñado,
de tu saber la historia testimonia,
el alba tierna de un pueblo hermanado.
 
Tu pluma escribe, en letras de oro y plata,
la gesta noble de un tiempo pasado
y, en tu memoria, Sevilla se embriaga
de un sueño eterno, de un mundo dorado.
 
Eres faro en la noche de los tiempos,
un astro claro, un sol resplandeciente,
unificando saberes y lenguas
en el crisol de las Españas creciente.
 
Por tus caminos, sendas de esperanza,
nuestro destino juntos labramos,
bajo tu manto, Isidoro, se abraza
el sueño unido de un pueblo alzado.
 
San Isidoro, la voz de la historia,
el corazón de un reino sosegado,
de tu legado brota la victoria
de un pueblo unido, de un futuro amado.
 
Oh, noble santo, guía nuestra senda
por los caminos de tu sabiduría
y que tu luz nos enseñe la ofrenda
del amor puro, de la patria un día.
 
 
Juan Carlos Reyes Valdez
Apasionado de las matemáticas y la literatura, combina su gusto por las ecuaciones y las palabras para comprender el mundo. Es un ávido lector y curioso sobre las nuevas formas de narrativa
(XVII Antología)
 

martes, 12 de noviembre de 2024

ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES

 




«… Tu pluma fue instrumento de cultura y de fe, / que supo integrar la ciencia con la doctrina cristiana, / y en tus Etimologías nos diste un tesoro sin igual, / donde se encuentra el origen de las artes y las letras. / Tus palabras aún resuenan en los siglos venideros, / y tu legado perdura como fuente del saber…»(pág. 150, Miguel Rafael Pérez Hernández, «Erudición y saber»).


viernes, 8 de noviembre de 2024

ANTOLOGÍA 2023: ISIDORO NIÑO

 


ISIDORO NIÑO
 
Las aguas limpias del Guadalquivir recuerdan
a ese pequeño que tiraba piedras en la orilla
para espantar las ranas
y en las calles sedientas de su Hispalis
su pisada infantil aún la retienen
los aleros del tiempo.
Y es que Isidoro niño ya era cierzo
y empezaba a aventar
los miedos que ponían zancadillas
a su fe primeriza
y oraba entre canciones
jugando al escondite
y haciéndole regates a esas sombras
que enturbiaban sus dudas de creyente.
 
Y es que Isidoro niño ya soñaba
con ir zurciendo almas, devociones prendiendo
en esos corazones que anhelaban a Dios
desde el silencio…
Y él se sintió paloma, lluvia frágil
desde el otero virgen que dibuja la fe
en sus elegidos. Y es que Isidoro
llevó la enseña de su apostolado
por todos los caminos de una Hispania
que imaginaba unida
en torno de esa cruz que él veneraba.
 
Y es que Isidoro
antes que obispo y antes que doctor
de una Iglesia incipiente
fue hombre y como hombre
sintió el dolor del pueblo, la ternura
que desprenden las gentes
cuando les llega el eco de un abrazo.
 
Y es que Isidoro puso luz y música
allá donde tan solo
penumbras y mutismos florecían,
y concilió en Toledo
todo el conocimiento de una época
que sirvió de alfaguara
donde bebía la sabiduría,
sus Etimologías obviaron horizontes
y con él las fronteras,
sobre esta tierra nuestra siempre tan maltratada,
comenzaron a ser una entelequia.
 
La utopía
tornó a trozo de pan
y desde entonces
se engalanó Sevilla con su nombre.
 
 
Manuel Laespada Vizcaíno
Autor de catorce libros publicados, merecedores de otros tantos premios, entre ellos el Luis Feria de la Universidad de La Laguna; Mario López de Bujalance; Ciudad de Pamplona; Ciudad de Mérida; Gerardo Diego de Cantabria o Tardor de Castellón
Publicaciones: en poesía infantil el poemario Anividanzas; en prosa publicó Un baño de palabras y también es autor de la novela La complicidad de la duda, Premio Cartapuebla de Miguelturra
Tercer premio Orola en 2015
(XVII Antología)