ESTA ES LA VERA FIGURA…
El maestre de la nao Victoria contempla
pensativo la amura, soñando con ojos nocturnos en la redondeza del mundo. En el
cuarto de derrota, consultando mapas, le parece oír a su padre a través de las
rendijas del maderamen, con la voz alborotada de los muertos, y a sus hermanos
marinos, perdidos entre olas y manglares en el más hermoso continente del
mundo, mientras los girasoles de las brújulas buscan nortes irreconciliables
entre los treinta y dos rumbos de la rosa.
El viento empuja los caireles de marineros
ahorcados en las jarcias. Después de cuatro motines sangrientos, dos asaltos de
los portugueses, incontables misas y un temporal idéntico a los suspiros de
Dios, un grumete grita «Tierra». El maestre Elcano fijó el catalejo y allí
estaba la bahía, invertida sobre el agua por la refracción de la luz, oscilante
como un espejismo marino.
Se prepara para contarle al rey los años de
viaje, hablarle de la tierra esférica, de las bandadas de pájaros verdes y las
súbitas auroras milagrosas del trópico, de las flores de hielo de los mástiles
en las madrugadas del mar del Sur, pobladas de sirenas y tritones, y todos los
monstruos del bestiario de Thomas de Cantimpré. Ha atravesado mares de Neptunos
furiosos con barbas cubiertas de moluscos y dragones con armadura, que sacuden
las colas produciendo vientos como los dedos de Dios.
Han pasado tres años desde que partió,
aparejando velas para el desamparo del océano, para realizar la mayor travesía
que vieron los tiempos, Primus circumdedisti me, «faciendo
Españas» en toda la redondez del mundo.
Tres años más descansará antes de realizar su
última travesía, sin más recompensa que una promesa real, un lema para su
escudo y la mirada de su segunda mujer, a la que contará que el mar Pacífico es
transparente y dulce como la luz de sus ojos.
—Y ¿cómo son mis ojos? —diría ella.
—Tus ojos son… navegables —contestaría sin duda
el capitán.
María Cureses de la Vega
Jurista, madre de familia y escritora aficionada
MADRID
Adicta a la historia, la lectura, el cine negro y
la cocina
(XIII Antología)
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