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lunes, 10 de febrero de 2020

ANTOLOGÍA 2019: MIS VIAJES POR TERRITORIOS IMAGINARIOS




MIS VIAJES POR TERRITORIOS IMAGINARIOS

Nadie podrá negar que he viajado por lugares creados con la fuerza fundacional de la palabra, con su luz y su tiniebla; lugares de fantasía que unen a españoles y latinoamericanos en el huracán de la imaginación que nace tal vez de los delirios ardientes del Quijote.

He caminado por las calles polvorientas de Macondo y he visto sus casas abandonadas, invadidas por el virus de la nostalgia, atrapadas en el légamo del río. Allí donde los Buendía fundaron una estirpe de ropaje incestuoso, alguien me dio a probar el brebaje curativo de Melquíades contra la peste del olvido.

En las tierras de Comala percibí que la muerte era como un vínculo absorbente, subterráneo, totalizador. En ese pueblo de difuntos, el más locuaz de todos ellos, Pedro Páramo, me explicó que la vida casi siempre resulta una embriaguez demasiado corta y estéril.
  
Paseando por la ciudad onettiana de Santa María sentí que la desgracia puede ser como la concebía el nihilista Larsen: vieja, fría y verdosa. Y en San Blas, creada por Augusto Monterroso, un hombre ciego me recordó que todos llevamos dentro el vestigio de un dinosaurio melancólico desde la noche de los tiempos.

Nadie podrá negar que mis pasos resonaron al anochecer en las calles de la Orbajosa galdosiana y en Vetusta, donde supe que la hipocresía es como una amapola inútil. Allá por los páramos de Celama pude escuchar historias que se cuentan en invierno al calor del fuego nupcial de la memoria y en Castroforte de Baralla, ese pueblo gallego que no aparece en los mapas, creí levitar en los días de niebla, cuando lo real y lo onírico se confunden en una intemperie fantasmal.

No, nadie podrá negar que he estado en esos territorios ficcionales que son como los pétalos más libres de una lengua con ventanas asombrosas e infinitas.

Seudónimo: Francisco D. Penedo
Se declara «viajero sin destino, pobre aspirante a escritor a la caza de sueños fugitivos y empleado en oficinas imaginarias»
Ha plantado cientos de árboles y escrito algunos libros
(XIII Antología)

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