Páginas

jueves, 5 de noviembre de 2020

«RE-VIVENCIAS»

 




TODOS

 

Todos. Tú, él y yo. Todos hombres,

hijos de hombres,

hermanos de hombres, padres de hombres.

 

Todos. Amamos, sufrimos, nos preocupamos, comprendemos.

 

Todos. Vivimos, morimos.

 

Todos. Y en cinco letras prietas,

toda la humanidad sin distingo de edad, mentalidad, raza, condición.

 

Todos con cerebro, con corazón.

Todos para pensar, todos para amar.

 

Todos con pasiones, todos.

 

Todos. ¿Por qué no estudiar la unidad que formamos todos?

 

La conciencia de todos, como unidad,

es algo anormalmente desarrollado.

Excesos por un lado, defectos por otro.

 

Todos necesitamos desarrollarnos

hasta lograr un todo homogéneo

con unas leyes propias que regulen

su vida dentro de un orden.

Cuando renunciamos a nuestra individualidad y hablamos de «todos» muchas veces queremos justificar una actuación colectiva injusta.

 

El todo y la parte.

Si el hombre se acostumbrara a considerarse como parte de un todo,

sería más fácil realizar la convivencia y la justicia.

 

Uno frente a todos. Uno, uno.

Siempre uno, término absoluto, definitivo,

frente al de todos.

Y los problemas del mundo partiendo de la irreconciabilidad de estos dos conceptos.

 

En definitiva, reducimos todo a uno.

Y este egoísmo es

el que impide llegar a entendernos.

 

Y en cambio, si estudiamos lo que quieren todos,

lo que necesitan todos, lo que aman todos,

y ponemos algo de nuestra parte,

los problemas serían menos complicados.


(Fernando Orlando, Tomo I, pág. 129)


No hay comentarios:

Publicar un comentario