miércoles, 23 de diciembre de 2020

ANTOLOGÍA 2019: LABERINTOS Y CRUCES DE CAMINOS

 



LABERINTOS Y CRUCES DE CAMINOS
 
 
Recuerdo cuando leí El laberinto de la soledad de Octavio Paz. Intentando ahondar en la identidad del mexicano, Paz acudía a los descendientes de aquellos novohispanos (más tarde mexicanos) que fueron asimilados por los Estados Unidos en el siglo xix. Estos pachucos, a los que allá por 1950 se les prohibía algo tan elemental como poder expresarse en español en público, han ido sin embargo transformándose en lo que en realidad siempre fueron: parte irrenunciable de esas Españas plurales y diversas que se encuentran en ambos hemisferios y muchas latitudes.
 
Recuerdo que por entonces viajé a Estados Unidos a conocer aquella realidad, aprovechando mi condición de «espalda mojada». Dallas fue mi destino y, sorprendentemente, se abrió de par en par para mí una parte de las Españas en el corazón de aquella arquitectura fascinante y ritmo frenético propios del imperio americano anglosajón…
 
Paseando por las calles del downtown no oía más que hablar español, ese «No vaya por allá que no hay nada, señor, vaya del otro lado» cada vez que preguntabas por una dirección; carteles en inglés y en español me mostraban una realidad bilingüe entre constantes menciones a «amigo», «arena», «rodeo», etc. Era realmente como si siguieras en México, en esta España tan nuestra en el otro lado del océano. Un hito, en pleno centro de la ciudad, unía al explorador Francisco Vázquez de Coronado y al general Sam Houston. El laberinto de la soledad señalado por Octavio Paz parecía encontrar solución en este particular cruce de caminos en que se ha convertido Dallas, al igual que muchas ciudades de Norteamérica, donde los hispanos siguen «faciendo Españas» con su presencia y aliento en la democracia más poderosa del mundo.
 
 
José Manuel Rodríguez Pardo
Doctor en Filosofía
Profesor de Enseñanza Secundaria
GIJÓN
(XIII Antología)
 


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