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jueves, 17 de diciembre de 2020

«RE-VIVENCIAS»

 


 

ESCUCHAR

 

 

Escuchar es la forma de afinar nuestra sensibilidad

para llegar al prójimo.

 

No se puede ir por la vida dando voces y sin escuchar a nadie.

 

El que es totalitario grita,

pero no escucha.

 

Escuchar es callar, atender, entender y contestar razonadamente.

 

El que escucha está en disposición de amar.

 

Escuchar el latido de los corazones y saber interpretarlos

como si fueran una melodía constante.

 

Estamos en una época transcendental en la que

el escuchar

nos enseñará al camino difícil que ahora no vemos.

 

Del fondo de la humanidad siempre surge un murmullo de voces que el oído fino y sensible sabe interpretar.

 

Hay que concentrarse para poder escuchar las palabras,

a veces incoherentes, a veces incomprensibles, otras hirientes,

que profiere nuestra juventud.

 

De la concentración en la escucha nace la meditación

y de aquí la reflexión y por fin

la conclusión.

 

Escuchar requiere esfuerzo porque supone dominar

nuestra egolatría e interesarnos por los demás.

 

El arte de escuchar se ha de completar con el diálogo.

 

Del diálogo, sincero, confiado, constructivo,

nace la luz que ilumina por igual a ambos interlocutores.

 

Solo escuchando atentamente, inteligentemente,

se puede llegar a un acuerdo.

(Fernando Orlando, Tomo III, pág. 242)

 

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