«Consciente
de que, a través de la virtud, camina la nobleza del espíritu humano y en su
amplio despliegue otorga enseñanzas, llego a tu encuentro, admirable Escuela
salmantina. Magna institución, donde se develan los principios de todos los
saberes. Esta humilde voz, mestiza, castellana y noble, procura, como los insignes fray Luis de León,
Antonio de Nebrija, Francisco de Vitoria, el gran Unamuno, Calderón de la
Barca, Lope de Vega o el mismo Colón, transitar tan loables claustros en un
empeño por hallar la infalible lucidez, siempre ponderada en tan diáfano
entorno…» (pág. 178, Morgani, «Aprendiz de humanidades»).
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