«Quizá pocos saben que el
insigne san Isidoro debe su primera educación y no poco de su saber a una maestra,
su propia hermana. Llamados los cuatro santos de Cartagena, hijos de un
terrateniente hispanorromano llamado Severiano, con cinco hijos, siendo san
Leandro obispo de Sevilla, san Fulgencio de Astigi y san Isidoro sus hermanos;
fue iniciada y educada por san Leandro, siendo a la postre abadesa y también la
primera en fundar una regla y abogar por que las mujeres pudieran vivir en paz
entre tantas guerras e instruirse…» (pág. 40, Francisco Javier Escudero Muñoz,
«Aprendiendo entre hermanos»).
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