jueves, 7 de enero de 2010

ESCRIBIR

El hombre piensa,
después habla,
luego escribe.

La forma clásica de representar
el pensamiento
es la palabra escrita.

Escribir es una necesidad vocacional
del que tiene que decir algo a los demás.
Cuando la obra escrita tiene belleza,
ha de ser conocida.
El escritor lanza su mensaje
para buscar una comunicación con los demás.
El escritor es la semilla y muere.
La obra, permanece.

Escribir es algo que se considera como
propio y digno de ofrecer a los demás.
Algo que sabe de autenticidad, de libertad
de belleza, de arte.
Escribir es vivir intensamente,
y transmitir esas vivencias
buscando el misterio y la poesía,
y conectando con el lector.

4 comentarios:

  1. Encantadoras palabras !
    y absolutamente ciertas.
    Rosalia Granja

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  2. Con precisión y certeza, libre de adornos, envuelto en silabas cadenciosas, nos introduce, este poema, en una reflexión de lo esencial sobre el arte de escribir:
    Ser una comunicación perdurable.

    He leído otras vivencias suyas y muchas tienen esta hermosa impronta de exactitud y concatenación lógica, arropadas por el encanto de una sencillez austera.

    Un saludo,

    Zoe

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  3. POESÍA - ÉL DÍA DEL AMOR

    Y pensé que me quería,
    Pero tenia su amor escondido.

    Fue una mañana hermosa,
    Que cruce por ese camino,
    Las campanas de la Iglesia sonaban
    Porque era un día festivo,
    Los rayos de sol quemaban
    Con color naranja rojizo
    Él palomar estaba de fiesta,
    El jardín florecido.
    Era el Día del amor
    Día de compromisos.

    A la caída de la tarde,
    Me cruce con mi prometido,
    Por la senda de espigas,
    Cruzando los campos de olivos
    Iba con una bella dama,
    de piel clara rosada,
    De bello acento, paisano latino,
    Sus miradas con risas se cruzaban,
    Con el sol de la tarde y el hechizo.

    Ellos llegaron ala caseta,
    Los cafetales estaban floridos
    Fue diosa de riqueza,
    Con rosas, claveles y zafiros
    Con la humedad del roció,
    Las matas habían crecido,
    Los pájaros volaban de alegría
    Con tallos hacían su nido.

    Bajo la sombra del cafetal
    Ellos se recogieron con regocijo
    Él la ama con pasión,
    Ella sintió delirio.
    ¡En el musgo y la hierva ¡
    Sus ropas botaron
    En las ramas secas y él frío,
    Sus cuerpos temblaron
    Como cachorros sorprendidos,
    Sus cuerpos tenían frío
    Como los peces en el río.

    La brisa los atrapo en él cafetal,
    Cubriendo él color azul del cielo,
    Con suaves brisas frescas.
    Y dulces vientos frescos.

    Él viento era fresco,
    Y la tarde muy oscura,
    Ni los amantes con luna,
    Se aman con tanto delirio.
    No quiero seguir contando
    Lo que paso en el cafetalillo,
    Volé como una paloma,
    con lloros sufrimientos y suspiros
    Sentí que él me perseguía,
    Corrí veloz del cafetal florido.

    Ya a las nueve de la noche,
    La noche estaba muy hermosa,
    La luna salió radiante,
    Él cielo se lleno de estrellas.
    El viento siguió sonoro,
    La brisa fresca,
    De lejos los vieron venir,
    Cruzando los campos con niebla.
    La luna seguía radiante,
    La noche estaba muy bella.

    Ese día sentí dolor,
    Senti mi corazón perdido,
    Mi corazón sangra, palpita,
    Celoso da gritos,
    Él esta dañado con miedo,
    Mi amor lo tengo en un lió.

    Escúchenme ustedes señores;
    Dando gritos de dolor les diré,
    Que soy frágil de sentimientos,
    Tengo dolor en mi ser,
    Mi alma entristecida.
    Yo te ame, te amare toda la vida.

    Pero mi ser no entiende,
    Ni entenderá lo sucedido,
    Mi mente no razona,
    No puede ver lo ocurrido.
    Aquí se me acaba mi orgullo,
    Mis alegrías y mis ilusiones,
    Aquí la verdad de este amor,
    Que sobre mis espaldas pesa.

    Fue la noche de los enamorados,
    Que nos dio una luna pura radiante y bella,
    Noche que abrió como un broche,
    Como él capullo de una rosa,
    Mágico como él capullo de seda.
    Perdí tu persona soberana,
    Tu amor el día de los amores,
    Tenias un amor escondido,
    Por los caminos del rincón,
    Por los cafetales de Heredia.
    Meditando esa noche vi,
    Que la luna seguía brillando,
    Que soy la mujer que te amo,
    La que engañaste,
    Con palabras dulces como la miel,
    Con tus labios hermosos como el clavel
    Fuiste mi amado cruel,
    Todavía te estoy llorando.

    .Así acaba este romance,
    Y mi bondad no apreciada,
    Este amor me pesa en la espalda,
    ¿Dime mi amor?
    ¿Qué te hiciste tu hombre de mis amores?
    ¿Por qué no regresaste?
    Mi amor
    ¡ Nunca me diste un beso!

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  4. Deseo que les guste esta vivencia.
    Saludos de María Luisa López Pisú.

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