viernes, 23 de marzo de 2012

DESPERTAR

Un día desperté y supe que ya no quería ser una maleta:
llena de cargas ajenas y portable de un sitio a otro.
Necesitaba echar en alguna parte las raíces desnudas que arrastraba a mi paso. 

Mi vida se transformó a partir de eso.
Fue como recibir de pronto un alud de información
sobre mí misma, sobre mis propios deseos. 

Yo no quería ser más la mujer que anduviera 
tres pasos detrás de su hombre, quería estar a la par. 
A él no le gustó que le dijese que no lo necesitaba para ser feliz. 
Sé que se enojó mucho.
Pero también sé que cuando pudo comprenderlo se sintió más liviano. 

Ahora andamos lado a lado y ambos sabemos
que no nos necesitamos, sólo nos amamos, como debe ser.

Isabel Ali
CÓRDOBA (Argentina)

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