viernes, 27 de abril de 2012

MAMÍFERO

Mi padre fuma un cigarro aprovechando que mi madre ha salido.
Cuando la oye volver lo apaga espantando el humo a manotazos.
Me dice: “Cuando llegues a mi edad, no hay Dios sino médicos”.
Tampoco podría fumar en el Paraíso. 

Que no comas esto por el colesterol, ni aquello por la presión; 
que si te quedas quieto el corazón se te atrofia
 pero que si te mueves demasiado se encabrita. 
Que si vas a jugar barajas no vuelvas tarde. 
Que te quieren en el sofá mirando tele o entreteniendo a los nietos. 
Que te quieren regar tres veces por semana para que no te marchites. 
A los viejos se los conserva para evitar remordimientos. 
Tenemos deudos, no familia. 
No olvides nunca que eres un mamífero”, dice mi padre,
 “y no debes vivir como una planta”. 

Vuelve a encender el cigarro y al mirarlo a los ojos descubro 
que es cuando calla que más dice.
Humberto Rubén Lázaro
BUENOS AIRES (Argentina)

No hay comentarios:

Publicar un comentario