Tenía ocho años y
también una caja roja, grande y brillante donde guardaba los vientos. Todos los
vientos: esos ligeros y cálidos del verano, los huracanados que arrastran todo
a su paso, los gélidos y azules de enero, los frescos y olorosos que nos
serenan, los ciclones brutales…En fin, lo que decía, todos los vientos. El
problema era que a mi madre no le gustaba nada mi caja y decía que los vientos
no se podían meter en una caja, que no inventara historias raras, que ya era
mayorcita para andarme con fantasías de niña. Y un día se enfadó tanto conmigo,
que me quitó la caja y para demostrarme que no había vientos dentro la abrió de
un golpe. Yo me tapé la cara con las manos y encogí mi cuerpo. Nuestra casa
voló por los aires mientras nosotras nos agarrábamos al árbol del jardín.
AUTORA: María Casado Alonso
Villalbilla, Madrid
Hola María, felicitaciones!!! me encantó esa combinación bien lograda entre realidad y ficción. Espero seguir leyendo algo escrito por ti.
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