Muchos días me pongo a contemplar la vida y sus colores
y según mi ánimo me identifico con uno de ellos.
Blanco, la pureza, lo etéreo, el color de las nubes y del algodón.
Amarillo, la fuerza, el brillo, la luz, el sol.
Rojo, la sangre, la vida, la pasión.
Verde, las hojas, la frescura, lo que renace, la esperanza.
Azul, lo que nos envuelve, el cielo, el mar, el aire, la calma.
Marrón. No me gusta mucho ese color, pero es el color
de la tierra, la materia orgánica, el sustrato de la vida,
los troncos que sujetan.
Violeta, un color muy especial, con fuerza y con melancolía a la
vez, el color del vino, de la Semana Santa
perfume intenso.
El negro, ausencia de color, el color de la muerte, pero que hace
que cualquier cosa en él resalte.
Blanco, negro, rojo, azul, verde, marrón, amarillo, violeta…
Los colores de la vida.
Hoy me siento gris.
Paloma Medina Rebollo
SALAMANCA
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