Ha sido un golpe muy duro.
En Buenos Aires España ha recibido un
desaire, valga el juego de palabras. Nos han sacado de la nube, en que los últimos
éxitos deportivos de España en tenis, fútbol, automovilismo, baloncesto y otros
múltiples deportes, nos hicieron creer que Madrid 2020 sería el espaldarazo
mundial al reconocimiento de la Marca España en el terreno deportivo
internacional.
No ha podido ser. No parece que se ha
jugado limpio y que todo se cuece en la cocina de los Estados del Grupo G-7.
Esta es la realidad pura y dura y no
valen ya paños calientes. Hay que reinventarse. He leído que España debe
volcarse en la ayuda a los deportistas, para seguir generando atletas, que sean
los que con su palmarés en las próximas Olimpiadas, consigan demostrar a todo
el mundo lo que vale España, no solo como individualidades, sino también como
ejemplo de organización de una sociedad moderna y fiable.
No hemos de gastar en
infraestructuras, más que lo indispensable y destinemos ese ahorro a financiar
de una forma programada, tipo ADO, a los jóvenes atletas que hoy en día pueden
quedar abandonados a su suerte, que sería lo último deseable.
Este comentario en un ámbito
literario como es el del Premio Orola, tiene también sentido.
He hablado de “reinventarnos” es
decir “hacer lo que hacemos” pero de otra manera, más inteligente. Lo principal
es motivar a los jóvenes a seguir con su vocación sea deportiva o literaria.
Y para ellos debemos “incentivar” a
nuestros autores mediante nuevos proyectos.
En este caso, siempre nos han
preocupado dos temas: el Bien Común, al que debemos aspirar todos y que
comprende no solo el Bienestar, en sentido totalizador del hombre, sino también
en el proyecto común, de esta tierra que llamamos España.
Ambos polos atraen toda nuestra
atención y así lo hemos manifestado en múltiples vivencias escritas durante más
de cincuenta años.
PROYECCIÓN
Vivencia escrita por OROLA a los 30 años
Proyección es el resultado de una fuerza que tiende a manifestarse.
El hombre se proyecta de una u otra forma.
La proyección del hombre tiene influencia en su propia vida, en el
ambiente, en la historia.
Hay que buscar una proyección que dé una imagen clara y positiva.
Si el hombre viera en una pantalla la proyección de su vida, en el
contexto histórico, sería una lección maravillosa.
Muchas veces no sabemos corregir el impulso que nos proyecta
fatalmente.
Cuando el hombre no sabe corregir su trayectoria, se convierte en un
proyectil ciego.
Desgraciadamente hay demasiados hombres que entienden su vida de forma
fatalista.
Proyección hacia el futuro. Esto es lo inteligente.
Para realizar cualquier empresa, el proyecto es lo importante.
Saber donde queremos llegar y después controlar nuestra actuación en
una perfecta proyección.
Proyectarse. En un haz de luces y colores que iluminan nuestra vida.
Renunciar a proyectarse es vivir a oscuras.
Necesitamos un proyecto de vida que nos una y nos salve de la
autodestrucción.
La proyección actual de la Humanidad produce unas grandes sombras de
escepticismo, insolidaridad, fragilidad.
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