jueves, 8 de enero de 2015

ANTOLOGÍA 2014: BALADA PARA UN LOCO

BALADA PARA UN LOCO*

Para Sancho la novedad cayó una tarde cuando vio en la casona
de Alonso Quijano aquel escritor ciego, inseguro en su andar, con
sus pupilas ausentes y bastón de empuñadura de plata.
El fiel campesino afiló la agudeza de sus oídos. Palabras perdidas,
le llegaron apenas: “Quevedo, Góngora, Borges”. Sancho sintió
que su corazón bombeaba con prisa. Aquellos eran los nombres
de los nuevos caballeros andantes con quienes, por fin, Quijano
libraría batalla. Nunca había escuchado semejantes apodos.
Desde aquella tarde en más, Alonso Quijano sale envarado en su
chaquetón y pantalón negros, montado sobre su Rocinante cuando
la luna agujerea el cielo con su luz temprana. Sancho no le pierde
pisada arriba de su asno. Lo sigue a cierta distancia con paso
cansino. Después de afilar el facón de Alonso Quijano, Sancho
prepara su montura y ambos rumbean por las callejas angostas y se
apean en un edificio con un cartel que, según Quijano, dice “El viejo
almacén”. Los dos amigos suelen ingresar por separado. Don Alonso
siempre elige, en medio del humo de apretados cigarros, la misma
mesa y se sienta solo.
Jamás habla con ninguno de los presentes. Sancho se acurruca
en un rincón donde únicamente beben los desesperados.
Los parroquianos del lugar son hombres con la cara bordada de
cicatrices y facones brillantes en la cintura. Sin ningún anuncio,
a eso de la medianoche aparece en el escenario donde cuelgan
cortinitas de tul, una mujer diminuta quien arranca una voz áspera,
que acaricia, hasta tocar la figura esmirriada de Quijano. Canta para
él. Solo para el hombre de traje negro y barba en punta, temblorosa.
Todos lo saben y nada dicen. Balada para un loco es la canción
que Dulcinea, todas las madrugadas, le dedica con dulce amor al
Caballero de la Triste Figura.


* Tango canción compuesto por el músico argentino Astor Piazzolla y el
poeta uruguayo-argentino Horacio Ferrer.


Diana Irene Mª Blanco Ciriza
Profesora en Letras por la Universidad Nacional de La Pampa
EDUARDO CASTEX (Argentina)
(VIII Antología pág. 43)

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