VUELTA AL PASADO
Hoy hemos ido todos al aeropuerto de Alicante, a despedir
a mi
sobrina. Nuestro pueblo está justo en el límite de la
provincia, a unos
pocos kilómetros de la casa de Miguel Hernández.
Muchos de nosotros estamos a caballo entre las dos
comunidades,
pues al fin y al cabo compartimos la Vega Baja, y desde
siempre ir
a Torrevieja de veraneo era lo corriente, tanto como el
hacerlo en la
Manga.
Mi hermana está desconsolada, pero contenta de que su
hija,
tras dos años sin encontrar un trabajo decente, haya
conseguido
este empleo, aunque tenga que dejarlo todo y salir del
país, como
antiguamente. Volvemos a ser emigrantes, como en los
sesenta y
setenta. "El pasado siempre vuelve", dice mi
padre. Otros están peor,
lo sé porque cada noche a partir de las doce, el
contenedor de mi
calle se convierte en una especie de economato. He visto
incluso
conocidos que esperan el refugio de las sombras para
buscar restos
de comida u otra cosa que puedan aprovechar. Solo pienso
que no
hay lugar para el orgullo si tus hijos no comen lo
suficiente.
Mª Isabel Cascales
Montesinos
Licenciada en
Historia del Arte
(VIII Antología pág. 149)
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