jueves, 21 de mayo de 2015

ANTOLOGÍA 2014: ERES EL ECO

ERES EL ECO

(Dedicado a mis dos tíos españoles: Antonio Patiño
y José Antonio de las Rivas que “facieron su propia España”
lejos de su amada tierra)

España: eco eres del hombre, incendias sus orejas
con las voces del jaguar y el águila tejidas
en la mítica memoria, tocadas por la brizna
zaína de la cordura, la que marcó tu luna:
gotas del alma llorando, dueña eres de certezas
y claro está de mis dudas…

Península etérea, mar primigenio, abriendo
el non plus ultra a los sueños.

Mineral eco. Silencio ondulante encarnado
en mi presente, lugar sin tiempo, libertario
idioma, lengua de hombres, nubes de aliento como
si fueran la piel del propio rayo caen encima
de las eternas montañas del pensamiento, voces
de los primeros influjos cubren tu historia a veces
gris, a veces soleada…
Sangre moruna te habita
llenando al ignoto mar de inéditos caminos.

España: eco que transita a lomo de lunas llenas,
modelando su razón entre mareas de alba,
puerta de ojos oyen cascos en desbandada sobre
la cruz del tiempo…

Encrucijada de razas, dueña de mis anhelos
continente peregrino besando occidentales
islas, ecos de una misma madre, con diferente
aliento, entreverando africanos relámpagos
con extensas, filipinas nubes y besos cálidos del Caribe…

Febril cosmos liberando sus pasos en la arena
húmeda de una plegaria.
Columnas son de mi sangre mezclando entre dolor,
lluvia e ilusiones, a sus ríos, montes, dioses, ciudades
y pirámides, abriendo
destinos… ¡Mestiza luz engendrando mis letras!
¡En su centro habita el horno de tu presencia!

Eres eco fugitivo de la noche, semilla
del movimiento de mares y veranos, violento
surco de estruendosos días, cosechador de viñas
en siglos ebrios de lluvia, ahí nacen anhelos,
ahí mueren y renacen ecos de mis palabras
encendiendo las antorchas de sigilosas albas
entre océanos de voces…

Donde se amalgaman ecos de diferente acento
en cambiantes horizontes
sobre un mar de sueños, plata, oro, poder y fe.
Vital piedra del sol (eco del divino alimento).
Allí la polifonía
de nuestra piel se entrevera
con la cósmica visión
de mis ancestros, pupilas
tristes que al vacío miran, contradictorio tiempo…
la visión de los vencidos;
el polvo de la esperanza.

¡Eres eco de tus hombres…, escultora de lúcidos silencios!

Enrique Fernando Arauz Flores
Médico y poeta
PUERTO VALLARTA (México)
(VIII Antología pág. 233)

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