ESPAIGNOL
Como agua te extiendes más allá de ríos y mares, tomando
la forma del recipiente corpóreo que te contiene. Oyes con los ojos. Viajas en
los oídos de peregrinos que caminan el mundo con tu lengua, como Colombo a
bordo de sus atlánticas carabelas; desafiando la existencia, el hambre, los
miedos. Con larga templanza y cruzada espada, entonaste rosario carmín de grana
de las Américas. Amalgamaste de añil la talavera. Meciste con verde jade las
hojas de la noche triste. Germinaste pan de barro entre amaranto y trigo,
arrullando tierras de maíz y plumajes de quetzal. Levantaste catedrales de oro
y piedra. Entrelazaste listones en ixtle, tejiendo mística danza en bastidor
policromático. Soplaste sobre tu rostro sabiduría de savia del tabaco.
Ascendiste raíces del árbol de la vida. Con voz de tlatoani y califa
embaldosaste de azafrán soles de los trece cielos, lunas de seda de mezquita.
Subconsciente mestizaje de la carne, reveladora piel de tus culturas: universos
que se besan transfigurándose en el metrónomo diario de la historia.
Sigues inventándonos, descubriendo el ser, para ser.
Haces creer, nombrar, pintar cosas invisibles que no se pueden tocar, pero sí
sentir. Haces la comida y el amor, con la delicadeza del amor. Te posas en la
vida, donde surgen las palabras que se estiran como alas, participando del
paladar arcano que te pronuncia. Al verso eres péndulo. En prosa fruto amasado
de siglos, latidos, risas, música, aliento de nubes. Vienes a buscar nuestras
cuerdas para trenzarlas como nidos de pájaros en invierno, esperando florecer
en vocablo de primavera. Te presentas hipnótico e impaciente, rotando,
trasladándote por el globo ocular de nuevo mundo desde donde miras. Estás aquí
y ahora, siendo un solo corazón en construcción de sueños que son un mismo
sueño.
Berenice Guadarrama
Flores
Seudónimo:
Xoxouhtlahtolli (“verde jade” en náhuatl)
Estudiante del Doctorado en Biotecnología
(IX Antología)
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