miércoles, 30 de marzo de 2016

ANTOLOGÍA 2015: TIERRA MÍA



TIERRA MÍA

Hoy he dejado transcurrir las horas sin ponerles límite, libres del reloj, de las aperturas y cierres. Me he dejado arrastrar por ellas hasta agotarlas. Sé que estás en mi marco de tiempo presente, pero la imagen de tu huella es demasiado bella para pensarla en el futuro. Dejaré, pues, que el tiempo sea mi dueño y jugaré con tu sonrisa distante para que mi memoria, torpe, no olvide que es mi propia imagen la que la provoca.

Hoy el tiempo está hermoso, mi amor. Solo porque me ha llegado la nube que lleva escrito tu nombre, desde el otro lado del Atlántico, donde quedaron mis posesiones de vida y alma. Y ahora ya no sé cómo recomenzar a «facer Españas» en la madre patria, que acogió mi desnudez, desde la nada y sin fuerzas, porque se me quedaron todas en el Guaire, entre las aguas de cloaca y quedé enredada en mi desazón.

Por lo demás, el cielo está gris y los pájaros han comenzado a abandonar mi ventana. Hace un poco frío.
Siento tu olor a tierra húmeda. No está rancio aunque sea antiguo, y revive y despierta la rabia en mi cuerpo. Por eso me gusta pensar que es mi perfume.

No, no necesito tenerte para poseerte, pues conservo un placer más allá de la memoria, de infinito éxtasis porque no hay orgasmo, como un dolor que no conduce a la muerte, aunque aquí ya esté casi muerta, pues todo lo perdí, sin que mediase una guerra, solo un puñado de asaltadores que no puedo evitar acarrear a mi espalda dondequiera que voy. Y es mucho el peso.

Asunción Rodríguez Sobrino
MADRID
(IX Antología)

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