EL ROSTRO
No es más que una
boca curva,
y músculos contraídos
de un entrecejo
fruncido,
preso al dolor, la amargura.
La guerra suscita
horror,
y aun sin oír
escuchaba,
y con crudeza
plasmaba,
al resplandor de un
farol
nítida escena
encarnada.
Allí un valiente
español
con camisa
inmaculada,
envuelto en la
desazón
los brazos en cruz
levanta.
Después del dolor y
muerte,
su intelectiva es
confusa,
sumergido en esa
suerte
de bajo juicio y
cordura.
Tras sus ojos
prominentes,
unos sueños
retorcidos,
que el tormento de
una mente
en estado negativo
provoca monstruos,
gemidos,
en una estampa doliente.
Destrucción, melancolía,
mitología infernal,
practica de un
ritual
bajo el brillo de
la luna,
adorando a Satanás,
en una reunión
nocturna.
Y en un vacío
inmaterial
nebuloso tono
agriso,
Crono devora a su
hijo,
para poder evitar
que le pueda
arrebatar
el trono, su predominio.
Hay celos,
ferocidad,
con impotencia
sexual,
desasosiego,
delirio,
y espantosa
crueldad.
Puede que solo sea
un mito
del que traga a su
criatura,
un recorrido
virtual,
mas él, pasó a la
locura,
fue víctima
pasional,
de ahí sus hijas
oscuras,
catorce negras, sin
duda,
en ellas supo
plasmar
todo el horror y
negrura
que su pincel pudo
dar.
Su rostro me invitó
a entrar
en su atrayente
figura
y contemplé sus
pinturas
todo un gozo a
disfrutar.
Mª Luisa de León González
Titulada Superior de Piano
MADRID
(VIII Antología)
Me gusta. La ilustración es adecuada.
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