miércoles, 10 de mayo de 2017

ANTOLOGÍA 2016: ALBORADA EN SEVILLA




ALBORADA EN SEVILLA

Al despertarme, comprendí que estaba enamorado.

La luz tibia de enero entraba tamizada a través de las cortinas, que oscilaban suavemente. Ni siquiera en enero hace frío en Sevilla, así que había dejado la ventana entreabierta toda la noche. El hotel estaba en pleno centro, pero apenas llegaba ruido de la calle. Solo el delicioso tableteo de los cascos de un caballo al pasar por el empedrado, de vez en cuando. Y, cada hora, las campanadas lejanas de alguna iglesia, con su cadencia tranquila pero obstinada.
Alargué la mano hasta su lado de la cama. Las sábanas estaban frías y tirantes. Se había ido el día anterior. Se enfadó. Discutimos, y se fue. Y ahora me importaba menos de lo que yo hubiera pensado. Estaba enamorado.
Me ducharía y me afeitaría, bajaría a desayunar una media con aceite y sal y un café con leche, pasearía por las calles bulliciosas pero sosegadas, me arrodillaría unos minutos ante Jesús del Gran Poder en su templo, caminaría hasta el Guadalquivir, desde la Maestranza hasta la Torre del Oro, disfrutando del suave sol de invierno…

Definitivamente, estaba enamorado de Sevilla.

Roberto Guillén Alonso
(X Antología)


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