miércoles, 5 de septiembre de 2018

ANTOLOGÍA 2017: CALLEJEANDO POR LISBOA




CALLEJEANDO POR LISBOA

Callejeando sin rumbo ni prisas, sin otro objetivo que sentir el flujo del tiempo y llenarlo con las imágenes y sonidos que me salen al encuentro por sorpresa, sintiendo mis pasos sobre la irregular alfombra de adoquines, dejándome deslumbrar por la belleza sencilla pero contundente de un rincón lleno de macetas, por la blancura encalada de una torre entrevista entre dos esquinas de una vieja y estrecha calle con aroma de pueblo pequeño y de historia grande. Allí me topo con la sensualidad regalada de unos querubines azules que llevan siglos mirando a los transeúntes que pasan ante la fachada en la que habitan y una pequeña fuente que en otros tiempos fue testigo del trabajo y la charla de mujeres curtidas y hoy es foco de miradas ociosas como la mía.
Sigo mis pasos por la vieja Lisboa mientras miro alrededor con detenimiento, aguzando los sentidos para no perderme nada, escudriñando las irregularidades de las casas y el serpenteante pavimento de las calles torcidas. Ando con el mismo cuidado y atención que pondría en explorar mi propia conciencia, interrogando a las cosas con la certeza de que esconden saberes que solo un empeño obstinado puede descubrir, observando todo con el ensimismamiento con el que a veces se hurga en la memoria buscando explicaciones de urgencia azuzados por la ansiedad, la tristeza o la nostalgia. Camino como si buscara verdades no reveladas cuya existencia intuyo, realidades desconocidas en las que creo más allá de toda evidencia. Siempre andamos buscando respuestas de las que creemos que depende el sentido del mundo o, al menos, de nuestra vida, respuestas que la torpeza y la obcecación de las emociones a veces nos impiden percibir, verdades que cuando afloran nos asombran por su sencilla inmediatez.

Amalia Martínez Muñoz
Profesora titular de Historia del Arte en la Universidad Politécnica de Valencia
(XI Antología)

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