viernes, 12 de octubre de 2018

DÍA DE LA HISPANIDAD Y DE LA LENGUA ESPAÑOLA



El Día de la Hispanidad y de la Lengua Española celebramos uno de los mayores nexos culturales entre España y América. 
Nadie mejor que Vargas Llosa para hacérnoslo comprender:
«… Una lengua es mucho más que un sistema convencional de expresiones que permite entenderse a los miembros de una colectividad. Es, sobre todo, una manera de ser y de pensar, de soñar e imaginar, de sentir y de amar. Un patrimonio que nos permite apropiarnos de un pasado histórico y cultural, de un legado que, por el mero hecho de constituir la materia a la que la lengua que hablamos dio expresión y forma, es también nuestro, parte constitutiva e inseparable de lo que somos… No nos enemista pero sí nos diferencia de quienes usan otros códigos y vocablos para expresarse. Pero esa relación entre comunidades de idiomas diferentes no es rígida sino fluida, hecha, sobre todo en la realidad cada vez más interconectada de nuestro tiempo, de continuos intercambios.
El español se ha enriquecido a lo largo de su historia con los aportes griegos, latinos y árabes en la antigüedad; al llegar a América, con la savia de las lenguas prehispánicas y, en la edad moderna, con la influencia del italiano, el francés y, sobre todo, el inglés… Por eso, el español es una lengua universal y moderna y eso hace de todos los que tenemos el privilegio de tenerla como lengua materna, potencialmente al menos, hombres y mujeres universales y modernos… Una de las consecuencias más provechosas para los latinoamericanos del arraigo del español en nuestro suelo ha sido ser propietarios y servidores de una lengua que es un pasaporte permanente para salir del pasado, ser ciudadanos del presente y formar parte de una comunidad que trasciende las fronteras de nuestro lugar de origen y nos instala en la vanguardia de la actualidad. Para España, crecer culturalmente y extenderse por América, significó universalizarse, escapar de la reclusión provinciana, volverse una historia, una cultura y una lengua trasnacionales… Una lengua viva mantiene vivos a sus hablantes si en ella crepitan los anhelos de una vida más plena, más justa y más libre…
El español es una lengua frondosa y múltiple, en la que caben todas las excepciones y variantes.. El tiempo, que en el pasado se cernía como una amenaza para la unidad del español, en el presente trabaja a favor de ella. La globalización, el prodigioso desarrollo de las comunicaciones, sobre todo audiovisuales, ahora fortalece la lengua común gracias a un intercambio rápido y generalizado de vocablos, expresiones, modismos y regionalismos que por intermedio de los libros, películas, programas de televisión o “chateos” del Internet se incorporan velozmente a nuestra realidad lingüística… Una lengua no solo se pierde por no tener con quién hablarla… Una lengua se nos puede ir escurriendo de las manos o mejor dicho de la boca, dejándonos despalabrados, por culpa de la ignorancia, la mala educación y esa pereza que consiste en valerse del lugar común, el estereotipo y el clisé, lenguaje muerto que empobrece la inteligencia y agosta la sensibilidad de los hablantes… Dejar que la lengua se nos pierda o empobrezca es perder mucho más que un medio de comunicarse: es perder la seguridad, la única identidad real que tenemos y rodar hacia ese caos primitivo, a esa behetría habitada por sonámbulos que tanto espantaba a los quechuas del antiguo Perú».
(«Discurso de inauguración del V Congreso de la Lengua», 2010).

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