Es
un nuevo desafío de los hispanos.
Nos
costó mucho definir nuestro futuro. Tal vez los iberos lo intuían desde las
montañas del Cáucaso, de su Iberia, o los fenicios que la descubrieron y
fundaron Gades, y comerciaron con Tartessos, sufrieron las guerras púnicas y las
del Imperio romano.
Fue
muy duro latinizar toda Iberia, bajo el renovado nombre de Hispania, la Iberia
de antes, de ahora y siempre.
No
es raza es mestizaje. Ni solo iberos, ni solo vascos, ni solo celtas, ni solo
visigodos, ni solo árabes, ni solo castellanos, ni solo catalanes, pues todos
fueron un único pueblo mestizo.
Así
se hicieron las Españas. Y así se hicieron las Américas. Y allá se hizo más
profundo el mestizaje, que es obra inicial de España y que seguirá por muchos
siglos todavía.
«Facer
Españas» es esta tarea común, que realizamos a través de la esencia del
mestizaje latino de Roma.
Es
el hogar latino el que logra la fusión de los materiales básicos de la lengua
común, el español.
Esta
es la explicación de por qué, todos los hispanos reconocen a España como la
madre patria.
No
es solo el idioma que es el aglutinante de los pueblos. Es también el sentido
de la familia, la madre que nos ampara uniendo los dos conceptos aparentemente
contradictorios, de ser madre y padre, al mismo tiempo.
Esta
es nuestra España.
Pero
hay que seguir faciéndola.
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