LOS PAÍSES
Los países no son nada, no
deberían existir, no tienen sentido ni pies ni cabeza, ni más realidad que los
pensamientos de un loco.
Así fue antes, lo es hoy y lo
será mañana, las cosas nunca van a cambiar.
Un sinfín de barcos ardiendo,
bosques ardiendo, gente ardiendo, continentes y mares ardiendo en llamas y
humareda, y ríos de sangre, una historia llena de sangre y traiciones,
traiciones y sangre, mucha sangre de otros, de los culpables, de los inocentes,
de los que pasaban por allí y fueron sacrificados para satisfacer al Gran
Cabrón, al rey emperador de todos los reinos de todas las épocas, poseedor de
todos los territorios y de todas las almas, de todas las razones y sinrazones,
de todos los pensamientos y la capacidad para decidir cuál es la fe verdadera
revelada, ínclita y vencedora sobre el pus.
Esa es la historia de todos y
cada uno de los países de este asqueroso mundo lleno de deseos y bajas
pasiones, de odio y envidia, de temor y asco hacia todo lo diferente o
desconocido… es la historia entera de la inhumana humanidad, siempre buscando
imponerse a los demás, y aplastar sin compasión a todos aquellos que piensan o
sueñan cosas diferentes.
Ojalá fuéramos capaces de romper
las cadenas que nos atan al pasado, a esos esquemas mentales de mono sapiens,
abrir nuestro corazón, sonreír e intentar comprender mejor a los demás.
A pesar de todo, lo pasado pasado
está, y conviene mirar hacia delante.
No comprendo este país como
patria ni como bandera, ni como un territorio diferencial ni tampoco es que lo
quiera cambiar; para mí simplemente es el idioma, eso es España, un punto de
encuentro y uno de esos grandes vehículos de convivencia, de sentimientos
compartidos y posibilidades, como la forma en la que nos relacionamos, y eso es
lo que le da sentido a la idea de «facer España».
Rafael Jesús Navas Millán
Economista y escritor
PORCUNA (Jaén)
(XII
Antología)
No hay comentarios:
Publicar un comentario