LOS QUIJOTES, CERVANTES Y BORGES
Leer los Quijotes es mantener vivas las utopías literarias.
De inmediato salta a la vista la metaficción propia de uno y de otro. En el
caso de Cervantes, un narrador, Cide Hamete Benengeli, cuenta a otro narrador
la historia de don Quijote de la Mancha; en Borges se presentan unos críticos
(narradores) que critican al narrador Pierre Menard y el lector activo supone
por detrás un narrador que maneja los hilos.
Toda la novela de Cervantes puede apreciarse como una caja china que
encierra las distintas novelas pastoril, morisca, autorreferencial, y esa caja
está inserta en otra más que no es sino el cuento de Borges «Pierre Menard,
autor del Quijote» y no es en vano que el mismo se encuentre en su libro Ficciones.
Las dos obras se reflejan en múltiples espejos, metáfora recurrente del
escritor argentino. Cervantes inicia lo que luego desarrollará Borges en cuanto
a los principales lineamientos de la literatura del siglo xx.
Finalmente queremos repetir la idea del lector activo que pone sus
significados. Al decir de Jorge Luis Borges: «No busquen un referente, es pura
ficción».
Miguel de Cervantes y Jorge Luis Borges transcienden las fronteras de la
lengua española y nos obligan a ser partícipes protagónicos de las lecturas.
Beatriz Isabel Vallejo
Profesora en Letras en la Universidad Nacional de Tucumán
SAN MIGUEL DE TUCUMÁN (Argentina)
(XII
Antología)
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