viernes, 14 de junio de 2019

ANTOLOGÍA 2018: NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE





NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

En la costa levantina española yacen los restos de la nave Nuestra Señora de Guadalupe. Una fragata construida en los astilleros de La Habana, botada el día 4 de noviembre de 1789 con destino a la Armada Española, que duerme el sueño eterno en un pecio a cien metros de la costa sin ningún tipo de señalización. Acosada por tres navíos ingleses, en busca de la protección del puerto de Denia, encalló en la Punta del Sardo el día 16 de marzo de 1799 a las cuatro treinta de la mañana. Los esfuerzos y ayuda de los dianenses consiguieron salvar a ciento ochenta hombres de una tripulación de trescientos veintisiete. No lejos, la torre vigía de los tiempos del emperador Carlos I contra los piratas berberiscos habla de la historia. La de «facer Españas», tan presente en aquellas fechas.

Si un imperio no es digno de tal nombre, si sus territorios, incluida la metrópoli, no reciben igual trato, en nuestra era, solo Roma y España son dignos de tal título. En el imperio español, en tierra lo confirma el primer ferrocarril con aires habaneros (1837). El segundo, catalán (1848). El tercero, el de la Villa y Corte (1851). En el mar, el Astillero y Real Arsenal de La Habana, que, fundado en 1724, desbancó a los peninsulares de El Ferrol, Santander, Cartagena y Cádiz con la tercera parte de la producción de naves. Además, siete de los doce grandes buques de la Armada y la embarcación personal del rey Carlos III allí fueron construidos.

Ninguna potencia europea planificó y dotó a sus «colonias» (término francés) con el equipamiento de España en los territorios de ultramar: planificación de ciudades, construcción de miles de kilómetros de caminos reales, universidades, hospitales, iglesias y catedrales. Un «facer Españas» con luces y sombras que el manto de la leyenda negra ha ocultado y desvirtuado. Una epopeya que, gracias a Dios y a los historiadores de todas las hablas, está en vías de ser corregida.

Adrián Herrero Casla
Nacido en MADRID, reside en Benidorm
Diplomado en Dirección Comercial por ICADE y en Cultura y Civilización por la Universidad Carlos III
Ingeniero técnico de ICAI jubilado
Locutor de Radio María durante quince años
(XII Antología)



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