«Anoche tuve un sueño… Las multitudes borraban fronteras y derribaban muros con el idioma del Quijote… Hombres y mujeres de distintos países y colores unidos por el idioma y el destino. Pasado, presente y futuro que se engarzaban como los anillos de un árbol con raíces rojas y gualdas» (pág. 238, Daniel Florentino López, «Sueño y vigilia»).
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