martes, 18 de mayo de 2021

«RE-VIVENCIAS»: HERMANDAD


 

                                      HERMANDAD

 

Acercarnos los unos a los otros

con espíritu de hermandad, con cariño, con simpatía.

 

La vida está tramada de contactos personales

que pueden ser familiares, profesionales o sociales.

 

Si en nuestros contactos sociales no nos entregamos,

si permanecemos siempre fríos y distantes,

no llegaremos nunca a conocer la verdadera naturaleza

de las personas que nos rodean.

 

El conocer supone esfuerzo. Nada se llega a conocer

realmente sin un previo y profundo estudio.

 

Conocer es entrar a fondo en una realidad o identificarse

con ella, con su forma de ser, pensar y actuar.

 

La hermandad natural facilita el conocimiento

de las personas a través del trato íntimo.

 

Lo difícil es crear lazos nuevos de hermandad,

porque presupone devoción, entrega, sacrificio.

 

Todos incurrimos en el mismo error. Creer que el conocimiento verdadero

de las personas y de las cosas se puede conseguir

mediante un somero proceso de análisis.

 

Nos equivocamos muchas veces. Y nos llevamos

amargas decepciones cuando comprobamos que

la realidad es muy diferente a como la habíamos imaginado.

 

Y la razón es solo una, la falta de conocimiento suficiente.

 

La base de la hermandad está en conocerse mutuamente

y aceptarse tal como cada uno es.

 

La tolerancia y el respeto son indispensables

para que la hermandad pueda existir.

 

«Quererse como hermanos» es la máxima aspiración de la

amistad y, por lo tanto, supone

una perfección, un conocimiento y un trato,

por encima de los vínculos amistosos.

 

Es muy difícil pero muy bello el saber practicar

el espíritu de hermandad auténtico, sincero,

abierto para todos, sin prejuicios ni intolerancias.


(Fernando Orlando, 1966, Tomo II)

 

 


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