ANTOLOGÍA 2020: DOS TIERRAS, UN CAMINO

 

DOS TIERRAS, UN CAMINO
 
Mi piel está curtida por el desierto costero de los Andes
y el valle de los volcanes de Andahua.
Suavizada por la brisa del Guadalquivir
y por el sol de la patria chica,
dibujan en este cuerpo mío el mapa de los tiempos.
Tiempos hermanados por lazos de sangre,
los que adornaban las naves españolas
cuando cargadas de ilusión, coraje y valentía,
llegaron a las playas y al poblado de Arequipa.
Entre la siembra del maíz, de la cebada y del trigo,
ante la atenta mirada de la vicuña y la llama,
sembraron la nueva vida en Collaguas.
Mis ojos son del color del Chachani cuando expulsa su lava al exterior,
pero se vuelven claros en los atardeceres de las marismas de Huelva.
Soy hija de la tierra. De la misma tierra de aquí y de allá.
Mestiza soy, sí, como mestizo es el cóndor
que nació en el valle profundo del Colca Cañón
de semillas extremeñas.
 
 
Amelia Arévalo Díaz
Madrid
(XIV Antología)