UN DOMINGO DE ENERO
ya no reconozco mis pasos,
ni me asiste la ambición
ni el reto
de vivir otros lujos.
las avenidas
un domingo de enero,
ya no me sabe a España
en los zapatos,
aquel joven que se hace viejo,
aún sostiene un murmullo
de himnos y canciones
como un legado oculto
de nación y pobreza.
esta ciudad
de hermosas avenidas,
con la tristeza insigne
del banco de la plaza.
Nada que decir.
Se alejó
como se fue la noche
anudando las sombras.
alguien preguntó
sobre la diferencia exacta
entre el norte y el sur,
no supe qué decir.
Tras de sus pasos
ya no pude encontrar
del banco la alegría.
ALBOX (Almería), 1957
(XIV Antología)
No hay comentarios:
Publicar un comentario