DEJAR DE SOÑAR
Ni
el viento ni el mar me han traído hasta aquí, solo el eco del corazón, ávido de
esperanza en esta, mi última expedición a La Española.
Cual
burbuja de nácar respiran colores mis pupilas, es el viento quien los agita
para acariciarme las mejillas. Y abrir mi pecho en arcada para recibir el valle
con descaro.
Donde
nubes de algodón me persiguen. Y me envuelven…
Donde
el latir de mi corazón sin buscarte, te encuentra.
La
tierra oscura y húmeda que agarra tus entrañas y te atrae con necesidad
impasible.
Se
ciñe a mi alma y me aprieta. Se despierta el sentir.
Allí
donde los sueños acarician las montañas y el pensamiento atrapa el mar de
espuma entre tus dedos.
Donde
los mágicos atardeceres detienen el tiempo.
Los
antepasados nos cuentan que somos diferentes; pero todo parte de un mismo
engranaje donde las piezas encajan para avanzar. Es la esencia del mestizaje.
Briznas
de dudas recorren mis entrañas y me paraliza el miedo a tener que regresar, a
tener que irme cuando todo empieza, a que la codicia y el poder ahoguen su
cultura, su lengua y mis sueños.
Pero
un aire fresco está deseando entrar, una corriente que trae nuevas ideas de
aprendizaje y conocimiento, de compartir para lograr, de conquistar.
Adoptar
su lengua, sus costumbres, su corazón. Mestizar dos mitades, construir un nuevo
mundo. Un sentimiento que me acompaña como único pensamiento en mi caja de
sueños.
Germinan
las semillas al tiempo, convirtiendo las frágiles burbujas en sólidas perlas,
imposibles de olvidar.
Mi
corazón mestizo ya no es verdugo de dudas, se llenó de la esperanza de uno y
otro lado.
Soraya Martínez
Martínez
MADRID
(XIV Antología)
No hay comentarios:
Publicar un comentario