«RE-VIVENCIAS»: YO

 

       YO

 
Yo, ego, la primera persona.
 
Para mí, todo es, en cuanto existo.
 
El problema es existir y después subsistir.
 
Es tan casual mi existencia
que solo es una partícula insignificante de la creación.
 
Por esto, el «yoísmo» es ridículo.
 
La afirmación del yo se realiza por creación y por generación.
 
El hombre que no crea o no engendra es un ser,
no solo insignificante, sino absurdo.
 
El «yoísmo» es una demostración de cortedad intelectual.
 
El mundo y la humanidad
son mucho más amplios e interesantes
que el panorama mínimo del hombre
que no sabe hablar más que de sí mismo.
 
El que solo sabe hablar de sí mismo acaba solo
porque pierde interés por todo lo que no sea él.
 
El «yoísta» es un ser aburrido y complicado que, al final,
consigue ser un incomprendido.
 
Una cosa es la personalidad, otra la intimidad
y otra muy distinta la morbosidad del «yoísta».
 
Salir del propio mundo que nos encadena
para reducir nuestros problemas a su justa proporción
y dar una versión simpática de nosotros mismos.
 
 
(Fernando Orlando, Tomo III, 1972)