HOLOCAUSTO
Esa
mañana cuando recibí la noticia por WhatsApp me quedé congelada. Las fotos tomadas
y subidas al chat del grupo no hicieron más que confirmar lo que ya todos
sabíamos que pasaría. Pero presentir un temor no es lo mismo que verlo y tener
pruebas físicas de él.
Una
visión medieval de la biblioteca de la Universidad de Oriente consumiéndose de
adentro hacia afuera. Cinco pisos de conocimiento en formato físico. El fuego y
el humo asomándose por las ventanas y las puertas. El ruido de la digestión
interna recorriendo el aire a lo largo de su perímetro y aumentando el calor en
una ciudad que, por su ubicación, ya es lo suficientemente calurosa.
Otra
foto, tomada desde un balcón de una casa ubicada al otro lado de la avenida,
muestra la columna de humo que se eleva hacia alturas de vértigo. Por esta
imagen me fui de regreso a 2001 y a la destrucción de las torres. Ya sé que no
es lo mismo, pero para mí la sensación de desolación y pérdida es similar.
Hace
meses que no doy clases en los terrenos de la universidad. Todas las tareas las
envío y las recibo de vuelta por correo electrónico. En el caso de las tesis de
grado debo verme cara a cara con el estudiante para que defienda su trabajo y
entienda mis comentarios a su obra antes de que deba estar de pie frente a un
jurado.
Ya
antes muchos profesores habían seguido esta modalidad. Incluso han recurrido a
las dependencias de la universidad ubicadas en diferentes zonas de la ciudad
para verse con sus alumnos. Debido a la distancia y a la ignorancia de los
bárbaros que ejecutaron la destrucción, estas dependencias se han visto lejos
del daño que ha sufrido el núcleo.
La
infraestructura destruida no es más que la prueba final de que hay que decir
adiós. Somos personas de la academia no gente de acción que pueda defender su
casa mediante la fuerza bruta.
Joven escritora de relatos y poesía originaria de Cumaná, Sucre (Venezuela)
Estudiante de Educación, mención Inglés en la Universidad de Oriente
En esta casa de estudios, ha participado y resultado ganadora en dos concursos literarios a propósito de la Semana del Libro y del Idioma
La mayoría de los poemas de su autoría los ha publicado en la red social Steemit
(XV Antología)
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