«Entré al mundo de los jesuitas a través de su arte, la belleza es un
sentimiento profundo y poderoso, en mi caso como experta en Bellas Artes, tengo
el privilegio de apreciarla en una dimensión superlativa. Sin embargo, al
deambular por los claustros de sus colegios de Córdoba, mi admiración por ellos
amplió la curiosidad hacia otras disciplinas que estos religiosos abordaron con
éxito. Así llegué a interesarme por la pedagogía jesuita y por la marca
indeleble que la ratio studiorum dejó
en la educación desde el siglo xvi
en adelante…» (pág. 176, María Delia Cordone, «Mi tesis»).
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