«… Un insigne marinero llevaba una antorcha, su
pecho brillaba cual luciérnaga orgullosa, su nave surcó en medio de noches que
fundían el cielo con el mar, no importaron tempestades ni motines; él, cómplice
y dichoso, portaba la real cédula que permitiría otorgar grados en Teología,
Medicina, Filosofía y Derecho al seminario Santa Rosa de Lima de Caracas; su
entusiasmo rememoraba al prisionero que escapa de la caverna de Platón, y descubre
su “lumbre de fiel claridad”» (pág. 178, Omar Barrios Castiblanco, «La casa que
vence las sombras»).
jueves, 24 de noviembre de 2022
ASÍ ESCRIBEN NUESTROS AUTORES
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