viernes, 17 de marzo de 2023

ANTOLOGÍA 2022: LA PIEDRA Y LA ESPADA

 



LA PIEDRA Y LA ESPADA

 
Un maestro de obras colocó la primera piedra de la Escuela Catedralicia de Salamanca, precursora de la universidad, allá por los principios del 1100.
 
Mientras tanto, un guerrero reforzaba Ávila y Salamanca como territorios bastiones ante la conquista almorávide.
 
Arturo llegaba a su morada con el pecho henchido de gozo tras someter a los conquistadores. El pueblo lo recibía como el héroe que mantenía a raya a los invasores que nada pintaban en su reino. América ni siquiera existía a ojos de los piadosos, cuya pretensión de «facer las Españas» por todo el mundo pronto sería prioridad. No había razón de ser en la mezcla de culturas que no fueran la cristiana.
 
Alonso regresaba al hogar tarde, con las manos repletas de llagas de acarrear pesadas losas y amasar entre ellas argamasa que cuarteaba su piel. Nadie lo esperaba más que su hambrienta esposa. Los niños habían conseguido llevarse a la boca algo de pan mojado en un caldo aguado y desaborido, pero esta noche no había nada para sus padres. Quizá mañana…
 
Aun así, la paz interior y el agotamiento de Alonso lo hacían dormir a pierna suelta, soñando que algún día se convertiría en el gran constructor del edificio que fundiera en la gloria el esplendor de la igualdad entre pueblos.
 
A Arturo le costaba conciliar el descanso. Durante su transcurso, las almas y los oscuros rostros atormentados de cuantos sucumbían bajo los rigores de su espada se aparecían en fila, como espectros clamando venganza.
 
La universidad enseña, educa y transforma comportamientos a lo largo de los siglos. Pero el paso de los años no garantiza el fin de las invasiones y de las guerras. Ayuda a pulir mentes, pero no todas son susceptibles de ablandarse ante el conocimiento y la razón.
Hablamos de la universidad construida por Alonso hace ya nueve siglos.

 
René Pérez Pérez
Desde su Palencia natal trata de hacerse un hueco entre números, aulas donde imparte sus clases y obras de construcción para sustraer unos minutos en los que aliviar su afición a la escritura y el dibujo. Así, ha conseguido, después de estudiar Arquitectura Técnica, avanzar en su ilusión publicando dos libros titulados La piedra de las ranas y Caramelos con espinas y un tercero ya en fase de edición, así como numerosos relatos cortos que le encanta presentar a diversos certámenes con ciertos éxitos y premios
(XVI Antología)
 
 

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