miércoles, 28 de febrero de 2024

ANTOLOGÍA 2023: EL NUEVO OBISPO


EL NUEVO OBISPO
 
 
Era un día gris aquel en que lo nombraron obispo de Hispalis. Era gris no solo por las nubes gruesas que amenazaban con las primeras lluvias después del verano, sino también porque la memoria de su hermano impregnaba la ceremonia. Había muerto unos meses atrás, el mismo día en que aparecieron las primeras cigüeñas sobrevolando la ciudad.
 
Atravesaron la puerta de la ciudad unas horas antes. El río venía teñido de marrón, augurio de buenas cosechas, y el eclesiástico se había ceñido bien la capa para tapar también la montura. Así debía hacerse, se dijo mientras oteaba el puerto donde no se movía ninguno de los barcos de pesca.
 
No pudo, tampoco, evitar el recuerdo del monte Solorio que resplandecía en los amaneceres despejados del invierno. El monte, altísimo, le provocaba una extraña desazón, como si su inmensidad le hiciese demasiado pequeño e insignificante. Escuchó de su padre, siendo todavía muy joven, que Plinio el Viejo lo llamaba monte Solarius. Recordó con cariño como aquella extraña controversia sería el germen de su primer libro, Differentiae. Sonrió ante aquel súbito recuerdo.
 
Después, repitió mentalmente cada paso que componía aquella liturgia. Se preguntó si todo ese conocimiento podría sobrevivir al paso del tiempo, si no sería necesario recopilar todo aquel saber —el suyo propio y el de sus coetáneos, pero también el heredado de griegos y romanos— para que sirviese de guía a futuras generaciones. De nuevo, la realidad del momento le sacó de sus ensoñaciones. Sin embargo, aunque se prometió retomar esa cuestión más adelante, se le ocurrió que Etymologiae podía ser un buen título para semejante obra. Luego cerró los ojos y se signó antes de continuar con la ceremonia.
 
 
Alejandro Hernández López
Zaragozano, reside en Valladolid
Estudió ingeniería y trabaja en el Grupo Correos
Acaba de cumplir los cuarenta años y es un apasionado de la literatura. Le encanta leer y escribir, sin tener muy claro el orden de los factores. Siendo su familia de origen accitano, la imagen del Mulhacén con el sol del amanecer destellando sobre su superficie nevada le resulta incomparable. Ha querido que Isidoro recordase ese mismo poder evocador mientras era nombrado obispo
(XVII
Antología)
 
 
 
 
 

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