LA EDUCACIÓN
COMO ESLABÓN PARA LA UNIDAD
Huele a incienso y vacío. El eco de las sentencias
latinas retumba entre los muros de piedra de la iglesia de Santa Leocadia,
donde se hallan reunidos sesenta y dos obispos, siete presbíteros y algunos
hombres ilustres, además del rey visigodo Sisenando. Un solemne asentimiento
aprueba los cánones 24 y 25 del IV Concilio de Toledo aquella mañana de diciembre
del año 633. Los asistentes con derecho a voto confirman así la proposición
para que se creen escuelas junto a las catedrales donde formar a los futuros
sacerdotes. Los infantes recibirán su formación básica en sus primeros años y
en un segundo ciclo llegarán a leer los textos evangélicos para darles difusión
entre los cristianos. San Isidoro de Sevilla sonríe. Sabe que de esta manera se
conseguirán unificar las prácticas litúrgicas de la Iglesia, la doctrina
impartida en las iglesias y los pueblos que conforman la Iberia visigoda. Sabe
que necesitan estar unidos para ser fuertes. Está seguro de que la educación
será el eslabón necesario para esa unidad. No sabe que está forjando el futuro
de un país llamado España, pero íntimamente lo intuye.
Salvador
Vaquero Montesino
Nacido en Plasencia en 1966
Licenciado en Derecho
Ha trabajado como redactor del Diario Extremadura y corresponsal de ABC
Tiene
más de cuarenta premios literarios de narrativa, entre los que destaca el
Premio XXXVII Cáceres de novela corta
Publicaciones: siete novelas de ambientación histórica, además de un libro de relatos cortos
(XVII Antología)
Nacido en Plasencia en 1966
Licenciado en Derecho
Ha trabajado como redactor del Diario Extremadura y corresponsal de ABC
Publicaciones: siete novelas de ambientación histórica, además de un libro de relatos cortos
(XVII Antología)
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