miércoles, 17 de abril de 2024

ANTOLOGÍA 2023: MEDITACIONES

 



MEDITACIONES
 
 
Unos dedos temblorosos enjuagan sus ajados cabellos antes de asistir a la ceremonia de proclamación. Con la serenidad que le proporcionan su recta virtud y erudición, contempla desde un ángulo resguardado en la civitas regia el despliegue de los preparativos. Pronta está la llegada del autoproclamado rey, organizador de este sínodo, el IV.
 
Por su antigüedad asume que le corresponde presidir este concilium. Cuando la unción de la señal de la cruz dé paso a su coronación frente al resto de obispos y algunos laicos meritorios, será señal de la confirmación regia de Sisenando como acto de voluntad divina. Junto con el resto de obispos lo nombrarían rey, si bien reflexiona que su propia lealtad se corresponde con la institución, como precursora de la unidad de Spaniae populi, y no con un monarca en concreto.
 
Consciente de que, con la nueva liturgia ya consagrada, las decisiones conforme a la anuencia del príncipe supondrán no desligar las relaciones Iglesia-Estado, entendiendo la necesidad de apoyo mutuo para coronar sus propios fines.
 
Vislumbra Isidoro que la legitimación de Sisenando en este concilio acarreará la aprobación moral de sus propuestas políticas. ¡Cuántas veces había eludido con habilidad los enfrentamientos fratricidas en la corte visigoda! Enarbolando la bandera de la unidad, recordaba haber dejado su poso sobre el buen gobierno en las Sentencias. «El poder político ha de representar equilibrio», se decía para sus adentros.
 
Y manteniéndose todo lo erguido que sus hojas de calendario le permitían, se acercó con un caminar pausado al ungido, recordándole el ideal de justicia que la realeza debía personificar dando ejemplo.
 
  
Jesús Bermejo
Pamplona
Licenciado en Derecho
Funcionario del Estado
(XVII
Antología)
 
 
 
 

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