«… Isidoro de Sevilla sabía / que
las palabras pueden retener el conocimiento / y, con su clara luz, iluminar a
las generaciones venideras. / Por eso trabajó infatigablemente en su labor
enciclopédica. / Vivió absorto en las sombras de su biblioteca…» (pág. 128, M.ª
José Toquero del Olmo, «La luz de Isidoro de Sevilla»).
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