ISIDORO, EL
MILAGRO QUE PERDURA
tempestades de pobreza,
ignorancia en la nobleza
de pueblos ingobernables.
Rupturas interminables
abocadas al horror.
Mas la visión con fervor
que un halo de luz emana
dulcifica la mañana
para un porvenir mejor.
la esperanza para el ciego,
nueva doctrina sin ego
de un orador que sutura
cada herida en la armadura
del prójimo que perece.
Narra una nana que mece
un equilibrio divino,
lo negro se vuelve albino
y el orden se restablece.
a Jesús se asemejaba
y el santo grial acababa
junto a él durmiendo en León.
Su ataúd es devoción
desde el alfa hasta el omega
del pascual cirio que riega
con su cera bendiciones,
es su vida de jalones
la que en manantial entrega.
Dios de la teología,
docto en la filosofía
para evitar el tormento.
De la luna era el aliento
y riela ancho en sus mares.
Él era el rey de los zares
por su verdad y templanza,
fueron tiempos de bonanza
porque creyó en sus cabales.
Nacida en Badajoz el 23 de septiembre de 1982
Actualmente está vinculada al mundo de la poesía desde la ciudad donde vive, Cádiz, hasta cruzar océanos llegando a La Habana, donde pertenece a un taller literario maravilloso (El túnel) con Pablo Rigal Collado como profesor y compañeros magníficos de los cuales se nutre cada día de poesía
Especializada en la décima espinela, en la cual se inició a través de Alexis Díaz Pimienta
(XVII Antología)
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