«… ¿Por qué acariciar el saber es
tan ingrato? ¿Por qué este temblor de indagar en el cosmos, la medicina, las
artes o las leyes es visto como signo de un temperamento ajeno a la palabra si
en verdad es la lengua la que permite organizar todo lo que intentamos conocer?
¿Por qué tanto estudioso que crea, escudriña el mundo y escribe sus pesquisas
no suele ser reconocido con justicia como autor digno de vivir de su
trabajo?...» (pág. 14, Lourdes C. Sifontes, «Nebrija: preguntas de una vida»). Tercer
Premio Orola 2024.
No hay comentarios:
Publicar un comentario