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martes, 29 de abril de 2025

«RE-VIVENCIAS»: RECONOCIMIENTO

 



RECONOCIMIENTO
(1964)
 
Reconocer es volver a ver las cosas en el aspecto verdadero
que antes no habíamos apreciado.
 
Es muy frecuente que tengamos necesidad
de reconocer muchas cosas a lo largo de nuestra vida.
 
Gratitud y reconocimiento.
La gratitud es sentimental, el reconocimiento intelectual.
 
El reconocimiento, normalmente, se produce como consecuencia de la reflexión.
 
Reconocimiento: acto personal, íntimo, generoso, voluntario.
 
Cuando reconocemos algo,
parece como si caláramos más hondo en nuestra propia esencia.
 
El reconocimiento es como saborear, paladear
esa facultad maravillosa de los seres humanos que es el conocimiento.
 
Reconocemos muchas cosas:
una imagen olvidada, una persona no frecuentada, un lugar de nuestra infancia…
¡Y cuántas fibras del corazón tocadas por este acto
puramente intelectual del reconocimiento!
 
Reconocimiento de mi falta, de mi abuso, de mi culpa.
Y mi propio yo responsable de algo pasado, que no estaba bien.
 
Reconocimiento de tu bondad, de tu gracia, de tu amor.
Y una luz interna, entre el corazón y el cerebro, como sol meridiano
que ilumina toda tu personalidad.
 
Si no sabes reconocer que te has equivocado alguna vez en tus juicios,
en tus obras, en tus criterios, es que eres perfecto o soberbio.
 
Reconocer públicamente, cuando haga falta, los propios yerros,
¡qué difícil es, pero qué hermoso!
 
Corazón pequeño:
cuando achicamos el triunfo de los demás con nuestros celos o nuestras envidias. ¡Qué lástima de ver tantos corazones pequeños por las calles!
 
El reconocimiento descansa en la libertad de juicio y en la buena fe
para aceptar el resultado de nuestra reflexión.
 
 
 
 


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